viernes, 18 de febrero de 2011

Para alguien muy especial de algún lugar

Hay veces que te encuentras a alguien especial. 

A primera vista ya ves que aquella persona será algo para ti. No sabes qué pero algo será. Te empiezas a interesar por esa persona. Le empiezas a hablar de vez en cuando. Te sientes con confianza para contarle cosas que ni a tus mejores amigos le has contado. Coincidís en gustos: musicales, cinematográficos, literarios. Os pasáis juntos hablando durante horas. Empezáis a salir de vez en cuando. Y cuando te convences de que aquella persona es una buena amistad, una magnífica amistad, llega el beso. Un beso. No necesariamente debe ser en la boca, puede ser en la mejilla, en la oreja, en la mano. Y es cuando todo cambia. Empiezan las dudas, los quizá (amados míos), los no me conformo con solo una amistad. La vida es demasiado complicada para complicarla nosotros mismos aún más, pero nuestro gozo a sufrir nos hace sabotearnos. Nos hace dudar de aquello que siempre hemos creído, de aquello que ya nos han demostrado.

Por esta razón, pido, todo lo públicamente que puedo, que no nos compliquemos aún más la vida. Que el destino ya nos tiene una infinidad de contrariedades de todos los colores y sabores. Que si tenéis alguien especial cerca, no lo dejéis escapar. Que aunque parezca mentira, no hay nada más fácil que mezclar tinta y agua, siempre y cuando no tengas miedo de mancharte 


4 comentarios:

  1. Y cuando te convences de que aquella persona es una buena amistad, una magnífica amistad, llega el beso. Un beso. No necesariamente debe ser en la boca, puede ser en la mejilla, en la oreja, en la mano.
    O quizás en la nariz!

    ResponderEliminar