Como intento de artista, debería aceptar mi tara, mi sino modernista y conformar, así, la lucha por mi sueño. Un sueño bohemio lleno de quimeras propias de cuentos de hadas. Aunque no una jácara convencional, nada por el estilo, si debo ser artista, lo seré innovando. Mi cuento de hadas empezaría en un lugar muy cercano, en mi, en mi interior. En mi desesperación interna al fracasar constantemente y empeñarme en intentar ser como cualquier otra persona: imitando objetivos, metas, descumpliendo sueños.
Echo en falta cuando esto era solo un canto des de las entrañas de la tierra, vísceras de las rocas que, cómo mi corazón, quizá no han latido jamás con la fuerza necesaria para sobrepasar la razón y empujarme hacia aquello que mi razón cree que debería querer con una fuerza irrazonable. Pero aún así, solo puedo contestarle que no sé que es querer. ¿Qué debería sentir cuando sus besos rozan mis labios? ¿Por qué debo cerrar los ojos? Un cuadro barroco en pleno romanticismo, solo los árboles vencidos se dejan llevar por la fuerza inmensurable del viento; mientras, siguen luchando para crecer. Crecer como artista, sin saber qué avernos significa ser artista. Estaré enamorado de la vida cuando me aparte de todo lo convencional. Al fin y al cabo, ya se ha escrito demasiado sobre ello.
Una lágrima es tristeza para expresar mi falta de intuición. Una lágrima es aquello que endulza mis mejillas mientras la soledad, en la montaña de mi mismo ser, me sobrepasa hundiéndome en una profunda melancolía extrañando mi yo normal.
precioso!
ResponderEliminar