lunes, 28 de febrero de 2011

Trozos de papel sobre el escritorio

De una semana negra, llena de folios blancos y tinta azul, supuestamente llamada semana blanca han nacido muchísimos colores, transformándola en rosa. Noches azules oscuras en las que el cielo se torna verde mediante películas en todos los tonos y aún así molestándome el rojo. Días andando por carreteras desconocidas en las que el color verde pistacho se expande por campos y risas sin oxigeno inundan mis pulmones. Tardes encerrado entre mis dos paredes blanca, verde y pizarra de mi habitación aislándome del mundo. Una carta blanca que habla más que libros enteros. Espero con ansia cada uno de los momentos de color que esta especial semana rosa me depara.

Simplemente,

Te Quiero.

sábado, 26 de febrero de 2011

Poniendo los puntos sobre las jotas.

En estos tiempos locos que corren, se habla mucho de la igualdad. En la igualdad entre ambos sexos. Y, dejando aparte las cuestiones políticamente correctas que conviene mencionar si no quieres que las leonas se te tiren al cuello, y no con buenas intenciones precisamente; me gustaría comentar un aspecto que es completamente injusto contra los hombres, de manera natural. 

Las mujeres, adquieren la madurez, según mi opinión, a partir de los 16 años. Por contra, la mayoría de hombres maduran a partir de los 24 años, aunque a mi me gustaría no madurar nunca, no soy el freak que juega a videojuegos sino que soy una persona que me gusta vivir el momento, pasarlo bien y si madurar significa empezar a pensar en el futuro, no me gusta la idea. Básicamente porque no sabemos que nos deparará el futuro y no soy de los que ahorrará para que al salir a la calle, con un millón en el banco, me atropelle un coche.

La media de vida de las mujeres, en España, es de 83 años mientras que la de los hombres es de 77 años. Es decir, que las mujeres tienen un tiempo extra para pensar de 14 años. Cuántas ideas, cuántas historias y cuántos desvarios sería mi mente capaz de generar en 14 años más de esplendor mental. Así, que esta humilde persona reclama igualdad. Sí, igualdad!

Con las manos en la masa

El riesgo, el riesgo es algo. ¿Qué es algo? Definamos el riesgo como aquel sentimiento a que nos pillen haciendo algo que nos puede poner en un compromiso, algo que nos puede incomodar. Ir a la cocina a comer chocolate a las tres de la mañana es un riesgo muy habitual. El riesgo a que nos pillen besándonos a escondidas. El riesgo que el granjero te pille por haber invadido su pajar.

¿Y si te pillan? A ello suele seguir un sentimiento de vergüenza, seguido del sentimiento de duda. La mente en blanco. Y finalmente la aceptación de la situación. Pero, todo aquello que nos pone en esta situación, incomoda para unos, excitante para otros, es la no-aceptación de las acciones de uno mismo. Intentemos aceptar nuestros deseos, nuestros impulsos.

Una serpiente sin manzanas.

Erase un padre que va a la sala de natalidad y ahí hay un montón de bebés y el hombre no sabe cual es el suyo, la enfermera le señala uno de ellos y empieza a llorar de emoción.

La enfermera coge el bebé y se lo prepara para que este lo coja con su sabanita, se lo enseña y el padre orgulloso: 

-Hay mi niño, que bonito!

Y entonces la enfermera lo empotra contra la cara del padre. POM, POM, POM, POM.

Y el padre: -Ay! ¿Pero que ha hecho? Desgraciada, que me has matado a mi bebé!

Y la enfermera responde: -Que nooooo, que nooooo, que ya nació muerto.


Risas made in Balada triste de trompeta

Rutinas

Hace unos días que noto que escribir aquí me cuesta cada vez más. Que durante los primeros días escribía tres entradas y aún así me contenía y ahora una entrada al día y encima mal hecha. No me lo quiero permitir. Me apetece una historia y reflexionar sobre el convencionalismo.

Hacer las cosas de manera poco ortodoxa no tiene porqué ser malo, del todo. De entre mis muchas rarezas, una especialmente rara que hago cuando estoy solo a la hora de comer es comer encima de la mesa; es decir, comer sentado encima de la mesa. Pensareis vaya tontería pero este simple gesto extravagante libera muchísima tensión. Hacer algo fuera de lo común suele acarrear consecuencias negativas por parte de los estímulos del exterior pero interiormente nos reconforta; por ello es por lo que nos vemos obligados a llevar la contraria, a enamorarse de una Capuleto.

Fiel a mis costumbres de inventarme estadísticas aseguro que todo el mundo, a excepción de algunos genios,   se cree diferente a los demás. Todos rogamos, creemos y soñamos en ser alguien diferente. Y todo es cuestión de perspectiva ya que, por ejemplo, muchas veces he pensado viendo comer a alguien "vaya desperdicio de comida".  No somos conscientes que mientras que nosotros estamos besando a alguien, la otra persona esta en el lugar opuesto besándonos a nosotros. A todos nos gusta creer que el mundo desaparece cuando cerramos los ojos, que el mundo esta hecho a nuestra medida exacta. Pero si eso fuera así, el descenso de visitas tan drástico con el que me habéis castigado, lectores fieles, tendría un motivo. Si alguna mente dominada por el destino encuentra explicación a ello que me lo comente, pequeñas submentes creadas para mi.

Según la RAE: diferente(Del lat. diffĕrens, -entis). 1. adj. Diverso, distinto.

Si nos ceñimos a la definición "literal", estructuralmente todos somos idénticos: dos brazos, dos piernas, dos ojos. Alguna pequeña diferencia sexual. Y dejando a parte las obviedades, todos nacemos libres. Luego nos educan y perdemos parte de nuestro potencial humano, aunque no entrare en ese tema. Mi objetivo es hacer ver, a aquellas personas que se creen, perdón, nos creemos diferentes que en realidad no lo somos. Que todo aquello que hemos pensado ya lo habrá pensado alguien antes, todo aquello que nos gusta o nos disgusta ya le habra gustado o disgustado a alguien en el mundo o alguien que ya es pasto de los gusanos.

Todos somos moldes salidos de la misma maquina de hacer pasteles.

viernes, 25 de febrero de 2011

Amigos imaginarios

Yo soy un anarquista.
El anticristo.
Un asterisco.
Yo soy un anorak.
Un acólito.
Un accidente.

Yo soy de once pies.
okay, ocho.
De seis o tres.

Luche contra los britanicos y gané.
Soy un cohete.
Un jet de combate.
Un avion de papel.

Di lo que quieras, yo soy el asesino.
La única cosa que te mantiene real,
la única cosa que te hace
realmente verdadero.

Tengo una tendencia a exagerar,
aunque solo un poco.
Soy un plagiarista.
Un apologista.
Una calculadora sin ley.

Soy un optimista.
Un misógino encerrado.
Tengo un pozo de los deseos.
y un testamento en vida.
¡Una mágica bola ocho!
                                                                                The dresden dolls - The kill


miércoles, 23 de febrero de 2011

Cause all I want is the moon upon a stick just to see what is.

As I promise you, I'm writting in english or something like that. I'll try to write something beautiful but something I can do without any help. I'm testing myself.

So one night, I can't remember when it was, I went out. Not lonely, alone with my feelings. I sat on the top of a cliff and I waited there for a long time. Before I sat the sun was shining with the beautiful colour of the sunflowers. Then it had a pale white colour of the happiness. His name was changed, it was called moon and its light wasn't as powerful as before. At last I could open my eyes and contemplate his beauty.

The waves became louder and the siren song encouraged me to shipwreck. Steer away from these rocks. I must be mad. Just because you felt it didn't mean its there. Heaven may send you to me but if it did not?

The noise was unbearable then and I just wanted to silence it. Why did happen that to me? Why was I so unfortunately? Why that man with the black layer and red underpants over his pants didn't stop looking at me? I turned to the sea. Would the water be cold. I'm sure the siren will get me warm. She will tuck me to the bottom of the sea where the skies end the dawn begins.

The next morning I woke up plenty of salt in my bed.

martes, 22 de febrero de 2011

Look for.

Buscando algo que contar me he quedado con la mente en blanco. Buscando la felicidad solo he encontrado desgracias. Buscando la belleza he descubierto cosas completamente horribles. Buscando el amor he visto el lado oscuro de la almohada. La enfermedad, no aquella transmitida por virus sino por estados de animo, se apoderó de mi durante mucho tiempo de mi vida provocando que mi peonza dejase de girar en la misma dirección que mi camino. Me caí del columpio muchas veces. Y solo puedo decir que...


...aún y todo ello, volvería a hacerlo todo otra vez.

Luces de neón.

Plastilina de color amarillo. Cuadrados de color negro, blanco y todas las tonalidades existentes de grises. Una pared color pizarra y unos ojos esmeralda. Un payaso con la nariz rota vestido de verde oscuro y rombos negros. Siniestro por las noches, proyectando sombras en la más absoluta oscuridad. Colgado de una pared blanca y riéndose de mí a la mañana siguiente por mis miedos que la madrugada anterior me hicieron permanecer despierto suponiendo que jamás volvería a despertar.


Me atrevo a presuponer que todos lo hemos pensado alguna vez, una noche en la que el sueño no nos vence o no nos rendimos ante él. Una noche en que nos quedamos pensando, ¿Y si no me volviese a despertar jamás? A todo esto le suele ir acompañado de un recuerdo terrorífico o un ruido extraño que te hace estremecer. Y es que el miedo es algo demasiado corriente, miedos irracionales a que entre un ladrón a casa y nos mate. ¿Miedo a dejar de existir?

lunes, 21 de febrero de 2011

Sombrero de copa

Aguas de abril
con sabor navidad,
con olor de un nuevo día,
y un rasposo paladar.

Aguas de enero
con olor a primavera
y sabor a miel con fresas.

Aguas de agosto.
Aguas de un pendiente amanecer.
De un año, que no prospera;
pues aún es febrero

treinta y uno de noviembre,
quizá el de febrero 
¡Qué más da!
momentos inexistentes en mi calendario.

Aguas del Ebro,
antiguas amadas mías.
Futuras asesinas.
Os doy la bienvenida
a mi alma,
a mi deseo
y a mi moral.
¿Cuánto oxigeno seréis capaces de retener
sin que mi aliento,
tardío a su manera
y limpio de conciencia
expire su pecado?

domingo, 20 de febrero de 2011

185.

Siempre que me han dado para elegir un número he elegido el dos, el día en que nací. El siete también es un número que me gusta mucho. Últimamente si tuviese que elegir uno sería el tres. Y dar las gracias por regalarme el número de 185 visitas en un solo día, el día de ayer, muchas gracias. 84 de ellas fueron desde EUA. Por este motivo aviso que en poco tiempo colgaré un escrito con todo mi cariño hecho en inglés, o algo parecido. Gracias.

Basada en un acantilado.

Hoy me han contado una historia, la cual voy a cambiar a mi manera para contar otra diferente pero con el mismo significado, que he encontrado maravillosa.

Iba yo, caminando solo por la calle. Siempre he pensado que las dos de la madrugada tiene un aroma especial, es aquella hora en que se empieza a hacer un poco tarde y cuando las mejores cosas pasan. Suelo mirar hacia arriba cuando voy solo, adquiero un ritmo lento y me entretengo observando aquello cuanto puedo ver. Me gusta especialmente porque al tener un poco de miopía nunca se acaba de ver perfectamente y rellenas aquello que no puedes ver con la imaginación. A lo lejos, observé una mujer, una mujer de una edad poco más mayor que yo. Esbelta, hermosa. Traté de no mirarla con demasiado descaro pero aún así, cuando nos cruzamos me guiño un ojo.

¿Qué significaba aquello? ¿Simplemente una palmada en el hombro por compartir un segundo en una hora tan poco corriente para ir solo por la calle? ¿Por vernos en la misma situación? ¿Querría que la siguiese? Me quedé inmóvil, gire el torso ciento ochenta grados. Y, como en las películas la vi cruzar la esquina de la calle. Sin saber porqué me dispuse a seguirla, tan rápido como pude. Corrí como jamás había corrido, o es que quizá las altas horas de la madrugada no favorecen este tipo de esfuerzo físico. Sea como fuere, al llegar a la esquina, de nuevo, la vi girar hacia la izquierda dos calles más allá. Inspiré, y volví a correr. Llegué hasta allí y continué corriendo hasta llegar a una plaza. Tristemente iluminada por dos farolas. Ahí estaba ella, me miró, se quito la camisa. Me volvió a mirar, los pantalones. Me miró a la vez que dejaba caer el sujetador al suelo. Había echado raíces en el suelo, no me podía mover. Al quedar desnuda, dejo caer un papel al suelo, cogió la ropa y sacó de los pantalones unas llaves.

Entro en el edificio que se erguía bajo aquel cuerpo. Pasados unos minutos, me acerqué y cogí la nota: 

" Tel. nº 6** *** ***, me has dejado en estado de shock, llámame"

Dos días más tarde en vez de llamar, me presente en aquel edificio, llamé al único timbre que había. Una anciana, con voz algo cansada, me invitó a entrar. Comí unas galletas y me contó que vivía sola, que ahí no vivía ni había vivido nunca una mujer de mi edad. ¿Qué hago, la llamo?

A veces, las cosas pasan y no las puedes cambiar, aquello que pasa, ha pasado pero no tengas miedo a que pasen porque la vida, solo la viven aquellos dispuestos a vivir.


Almohadas

Hace una semana, en el club de la comedia vi que hablaban sobre hacer deporte. La gente, tras una larga relación quería volver a recuperar su forma física que con el tiempo había perdido. Yo, he empezado a entrenar para el maratón que se hace en mi ciudad, más bien ciudad pequeña. Esta mañana me he levantado a las siete y media y, a las ocho salía de casa, con mi padre. Hemos ido por un bosque cerca de Salt (he pasado el fin de semana en Gerona) y me ha sorprendido que, tras una hora corriendo no me había cansado; en serio, no lo digo para quedar bien. A partir de la media hora, me ha entrado un bienestar en el cuerpo que nunca antes había experimentado.

Tras llegar a casa, a las nueve y cuarto porque mi hermano a las diez y media tenía que estar en Figueres ya que tenía partido de futbol; tras llegar, decía, tuve una sensación extraña, un bienestar nunca antes parecido. No exagero. Hablando con mi padre, que lleva muchos años corriendo maratones y demás me ha comparado el correr con una droga. Me decía: "ya verás, cuanto más corres más te gusta y más quieres correr, superar tus propias limitaciones y sentir que puedes superar cualquier obstáculo (vale, esto si que es una exageración, pero es el mensaje)". Una droga. Quizá, en definitiva, las drogas no sean del todo malas.

Rosas

Espina, primera espina. Aquella que te marca tanto que su recuerdo es igual de fuerte que el del primer amor. Aquella espina que cuando la vemos tres meses despues, entendemos cómo alguna vez nos pudo gustar. Esa espina que te hace volver a hacer tonterias y te hace volver a aquella edad. Un beso para todas las espinas, y para la mía.

sábado, 19 de febrero de 2011

Tiempo verbal

(Pretérito imperfecto, primera persona, singular, v. haber) una vez, una pantalla de ordenador que (pretérito perfecto simple, tercera persona, singular, v.querer) (infinitivo, v.salir) a la calle. Esta, una vez (pretérito anterior, tercera persona, singular, v.idear) su plan, lo (pretérito perfecto simple, tercera persona, singular, v.llevar) a cabo. (Pretérito perfcto simple, tercera persona, singular, v. Cojer) los auriculares y una bolsa, (gerundio + la (CD), v. llenar) esperanzas y se la (pretérito perfecto simple, tercera persona, singular. v. colgar) del cable azul (participio activo, v.salir) detras suyo. (Pretérito perfecto simple, tercera persona, singular, v. cojer) el ratón y lo (pretérito perfecto simple, tercera persona, singular, v. usar) cómo perro.

Horas más tarde, cuando al fin (pasado anterior, tercera persona, singular, v. llegar) a la puerta de salida. (Pretérito perfecto simple, tercera persona, singular, v.entender) que a algunos, si se les (presente, segunda persona, singular. v. quitar) la corriente, no (presente, tercera persona, plural, v.poder) (infinitivo, v.funcionar)

PD: Estudiando (gerundio) para el examen de lengua, repasando (gerundio) los verbos.

viernes, 18 de febrero de 2011

Para alguien muy especial de algún lugar

Hay veces que te encuentras a alguien especial. 

A primera vista ya ves que aquella persona será algo para ti. No sabes qué pero algo será. Te empiezas a interesar por esa persona. Le empiezas a hablar de vez en cuando. Te sientes con confianza para contarle cosas que ni a tus mejores amigos le has contado. Coincidís en gustos: musicales, cinematográficos, literarios. Os pasáis juntos hablando durante horas. Empezáis a salir de vez en cuando. Y cuando te convences de que aquella persona es una buena amistad, una magnífica amistad, llega el beso. Un beso. No necesariamente debe ser en la boca, puede ser en la mejilla, en la oreja, en la mano. Y es cuando todo cambia. Empiezan las dudas, los quizá (amados míos), los no me conformo con solo una amistad. La vida es demasiado complicada para complicarla nosotros mismos aún más, pero nuestro gozo a sufrir nos hace sabotearnos. Nos hace dudar de aquello que siempre hemos creído, de aquello que ya nos han demostrado.

Por esta razón, pido, todo lo públicamente que puedo, que no nos compliquemos aún más la vida. Que el destino ya nos tiene una infinidad de contrariedades de todos los colores y sabores. Que si tenéis alguien especial cerca, no lo dejéis escapar. Que aunque parezca mentira, no hay nada más fácil que mezclar tinta y agua, siempre y cuando no tengas miedo de mancharte 


The king of limbs

[Post para ¿radioheadófilos?, inventarse palabras es genial.]

Dedico este post especial a mi grupo de musica preferido, Radiohead, que hoy estrenan álbum nuevo y hago una pausa en la literatura para sentarme un rato, con los cascos a todo volumen, y escuchar el nuevo disco The King of Limbs que en cuanto pueda lo tendre en mi estanteria junto a OK Computer, Kid A, Amnesiac y Hail to a thief.

Sólo escuchando la primera cancion, Bloom, me he llevado una grata sorpresa. Volvemos a la electricidad incomestible de kid A que personalmente me encanta, me apasiona y me fascina. Me hace renacer aquella ilusión y se me vuelve a poner aquella cara de tonto con la que nos quedamos de críos cuando vienen los reyes magos. Continua el estilo con Morning mr Magpie.

Tras escuchar el principio de Little by little supe que sería magnifica y no me equivoco. Cada frase, cada suspiro de Thom [es dificil de explicar] es cómo la planta que ha estado una semana sin regarla, que agradece aquella agua fresca y a la vez está ansiosa por más.

La cuarta, a medio album se encuentra Feral, una pieza digna de estudio. Me ha llegado a asustar, me ha puesto la piel de gallina y se me han cristalizado los ojos. Me he girado a media canción y me han subido las pulsaciones. Y lo mejor, no estoy exagerando. Cada track me da una grata sorpresa. Una sorpresa que ni en mis mejores sueños hubiese podido imaginar. Supongo que algo así solo está al alcance de los genios


Y tras esta subida de energía me encuentro la canción que llenará conciertos, que tararearemos todos los amantes de radiohead. La que hará llorar. La primera que Thom canta, no susurra. Y de qué manera. Lotus flower. Sin palabras.

Volvemos a una cancion parecida a Bloom y a Morning mr Magpie, Codex. Penúltima canción y otra grata sorpresa. Give up the ghost. Una canciónque debutó hace poco menos de un año en un concierto suyo, ya la había oído pero gana muchísimo despues de codex.

Y como es habitual, la canción perfecta para al final. Que te devuelve a la calma. Que te hace querer volver a escuchar el álbum. Una canción llamada Separator, la guinda del pastel. Y ahora me pregunto. ¿Porqué 8 canciones después de cuatro años? ¿Porqué la ultima canción se llama separator? ¿Separará algo? ¿Kid A-Amnesiac? Quizá sea otro sueño más.

En una ocasión un amigo me preguntó:
-¿Qué escuchas tu? 
-Radiohead
-¿Y qué más, a parte de ellos?
-Nada más. Una cosa es escucharlos, emocionarte y otra oír canciones de otros grupos de vez en cuando

Sobre un fondo blanco

Agradeceros a todos aquellos que día tras día perdéis buena parte de vuestro tiempo leyendo mi blog. Que en apenas cinco días, me habéis hacho llegar a las casi 300 visitas


Atreverse a hacer lo imposible, esta es la frase que más se ajusta a mi situación. Tiene ese punto de erotismo mezclado con la impotencia que te produce no conseguir aquello que te propones. Definitivamente escribiré esta frase como encabezado de mi diario. A lo largo de mi vida he empezado muchos diarios. Mi primer diario, me duró dos semanas. Siempre me canso de todo a partir de la quincena, aunque esta vez iba a ser diferente. Después de esta frase, me he quedado en blanco, nado a través de mi mente en busca de algo que contar. Aunque tratando de dejar lo más importante para el final.

Como un escritor domina a la perfección la retórica, yo siempre he entendido y aconsejado a las personas; seria una buena continuación, lo leo: “Atreverse a hacer lo imposible, saltar al vacío sin paracaídas, todas esas eran sensaciones que a lo largo del día me han ido atormentando. Esta vez, contraria a todas las demás, han hecho de mi una metáfora, una personificación mal conseguida. Como un escritor domina a la perfección la retórica, yo siempre he entendido y aconsejado a las personas, muchas veces sin éxito, otras, sí. Intentando ser el rey de la jungla me he convertido en la presa de aquello llamado amor. Sin más que la estrictamente necesaria compasión me mando a por tabaco.” Creo que me estoy quedando corto, no es lícito reproducir sus palabras al pie de la letra, pero algo más de entusiasmo si que le podría añadir.



jueves, 17 de febrero de 2011

Extrapolando el tiempo

Caminando por el suelo, lamentablemente sin tocarlo por siempre, iba en uno de mis rutinarios paseos hacia la calle del medio, que finaliza en la plaza, por el arcén izquierdo situado en contrapunto sobre la segunda manzana de casas de la parte norte de la ciudad. Siempre seguía el mismo camino y la misma rutina. Salía de casa, con el pie derecho y empezaba mi camino. Sabía exactamente hacia donde mirar para no tener ningún tipo de problema. Dónde cruzar la calle para evitar a los indeseables delincuentes. Sí, los hombres con corbata. Nunca había hablado con ninguno de ellos, debe ser que no soy suficiente ostentoso como para entablar una conversación con ellos. Con sus maletines llenos de aire, su chaqueta recién planchada y un peinado totalmente simétrico. Qué repugnantes, parecen todos iguales. Cómo los chinos, y no es que me quiera meter con ellos; pero, parece que estén fabricados en cadena. Más aún, estoy convencido de que si buscásemos bien encontraríamos un made in china en alguna parte de su cuerpo.

En fin, me parece que no soy el más indicado para reírme de los demás, al menos por como me miran estos hijos del capitalismo. ¿Quien dijo que debemos vestirnos todos los días? Algo que a muchos os puede parecer lo más normal del mundo en realidad no lo es. Claro, el pudor. Pudor causado por la insatisfacción con nuestros cuerpos. Y la causa de la insatisfacción, ¿Los anuncios publicitarios? Claro, vayámonos a la cama con el primero que se cruce delante nuestro y nos guiñe un ojo. ¿Los anuncios de la televisión provocan anorexia? Lo dudo. Lo que en realidad provoca nuestra insatisfacción con nosotros mismos es el sentido crítico que todos poseemos. Algunos más o menos exigentes pero todos sabemos que un cuerpo sano no pesa ciento veinte kilos. Se me pasa el tiempo volando. Estoy en la plaza y me he olvidado de mirar arriba en la calle nº24. Vuelvo atrás.

Al llegar a la calle nº24, elevo la vista al cielo. Es una calle muy estrecha, sin portales. Dudo que algún trajeado pasee por aquí. Empece a mirar hacia arriba hace muchos años. Los valientes miran al frente, los cobardes miran hacia el suelo que inmediatamente después van a pisar. ¿Y quién mira hacia arriba? Supongo que los locos. Por esa cuestión, mantener el equilibrio cósmico y la paz universal que se romperían si yo no lo hiciese. Siempre hay cosas interesantes por ver hacia arriba, y no solo hablo de la ropa interior de alguna agraciada vecina, también hablo sobre el cielo de las calles estrechas, es diferente; no lo sabéis porque nunca lo habéis probado, pero el cielo que está recortado entre balcones y luces. Adquiere un color diferente a la resta de las calles, un color azulado melancólico.

Ahora si que me puedo relajar y seguir mi camino. ¿Qué me deparará el día hoy? La calle nº73 está radiante. Al fin llego a la plaza, del ayuntamiento. Entro en él, subo las escaleras sin saludar al portero, siempre que le veo tiene una cara horrible. Me planto delante del despacho del alcalde. Doy una serie de golpecitos a la puerta a modo de advertencia. Me espero cinco segundos. Y cuento, posteriormente, hasta cuatro. En voz alta. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Abro suavemente la puerta.

-¿Hay alguien ahí?- Pregunto mientras abro la puerta.

Nadie contesta, no se que voy a hacer el día que encuentre a un par de mis subordinados ocupado en mi oficina. ¿Qué cara se pone ante una situación así? Supongo que la misma que está poniendo usted ahora.

Tres Tristes Tigres

Una carta hundida en espesa sangre ahogada por testosterona. Sentimientos que jamás se dijeron. ¿Porqué no cambiar el genero al amor? Sentado en mi cama pienso, que quizá, tenga un exceso de imaginación. ¿Qué estará haciendo ahora? ¿Habrá quedado con él? Estarán dando un paseo, haciendo recados. Y este triste observador solo puede decir que la envidia sana, no lo es. O es que quizá no sea envidia sana lo que siente.


Te etcétera

A veces las palabras sobran.

Dos cuadrados y un circulo

Aprovechar el tiempo es la base de la infelicidad. Te creas expectativas que jamás se van a cumplir. Lo importante no es el destino, aunque no se engañen, el camino tampoco lo es. Lo importante es qué pasa después de llegar ahí. Dando por echo que el ser humano puede hacer cualquier cosa, que todos podemos llegar al lugar donde nos proponemos y eso es aquello verdaderamente horrible, después de llegar ahí, nos sentimos vacíos. Quizá tardemos en darnos cuenta pero tarde o temprano llegará. Y no es que sea un experto del tema ya que a mi edad no he tenido tiempo para cumplir lo que aspiro conseguir, que muy claro tampoco lo tengo.

Utopizemos una situación en la que una persona, hombre, mujer o sucedáneos quisiese llegar a formar una familia, casarse, tener hijos y un empleo estable. Que actualmente, me atrevería a inventarme la estadística de que nueve de cada diez personas, quieren para si mismos: alguien que te aguante, hijos y un empleo.

Aquellas personas que quieran eso y prefieren seguir engañadose toda la vida les pido que pasen al siguiente post. Aunque a ciencia cierta puedo asegurar que todos elegiremos la pastilla roja pese a que prefiriésemos tener el valor de escoger la pastilla azul. Véase matrix.

Todos tenemos objetivos, los que luchan en nombre del amor, encontrar su media naranja y formar una familia feliz. ¿Y luego qué? ¿Ver como tu vida se consume a modo que pasan los años? Cuestión de hipocresía, una vez conseguimos lo que nos proponemos le dejamos de dar valor, es por eso que si en un día te dicen que has sacado un 4.75 en Química y un 10 en Física te acabas frustrando. Es por eso por lo que nos proponemos nuevas metas en la vida, nuevos objetivos; y no nos engañemos otra vez, lo hacemos porque lo que en realidad nos gusta es el dolor. Ese masoquismo extremo de equivocarnos en la vida y autocompadecernos. De decir qué mala suerte que tenemos, de lamentarnos por no leer bien el problema del examen de matemáticas o por no aceptar que no sabemos qué debemos responder en la ultima pregunta del examen de catalán.

¿Y qué? Ahora puedo decir que la vida es mala conmigo, que yo no me merezco esto. ¿Y si consiguiese lo que me propongo, absolutamente todo? Creo que sería más infeliz que ahora. No podría tener esas maravillosas noches de insomnio en las que me siento absolutamente vivo y radiante de dolor. Noches en las que me parece que los problemas se me van a comer. Esto es la causa de los divorcios en masa, de la gran necesidad de psicólogos. Expectativas, que palabra tan horrible. La causa de los divorcios no es que la gente sea infeliz por haber llegado a algo parecido a sus expectativas: una pareja, hijos y un empleo; sino porque al ver de cerca aquella expectativa no le parece tan agradable a la vista. Se siente vacía porque no sabe que hacer. Le resulta imposible ver pasar las horas con un gañán que te obliga a hacerlo todo a ti o ama de casa histérica gritándote a la oreja que no ayudas en nada.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Tres flores escritas con t y un aguacero

Siempre he querido escribir
algo bonito,
algo con qué hacer soñar.
Soñar con alguien,
con algo.
Algo con lo que respirar lentamente
una tarde lluviosa
del mes de Febrero.
Algo con lo que alguien se sienta identificado.
Que le haga llorar.
Algo por lo que decidir que merece la pena vivir.

Y sin embargo,
aquí sigo;
divagando,
creyendo hacer el pino mientras doy la voltereta,
pescando peces en una ciénaga
sin sentido ni objetivo-
-como la vida misma.
Y aún así
me siento con fuerzas para creer,
que algo bueno
va a pasarme hoy.
Que tras esperar que la lluvia caiga sobre el cielo.
Que porque todo el mundo,
me diga,
que no voy por el camino correcto;
sentir la convicción,
de que voy a superar
cualquier obstáculo.

Reflexiones de ocho y cuarto de la mañana

Un pañuelo rojo. Una bufanda Negra. Pañuelo hippie de los años 80. Nunca me ha gustado ir con el cuello tapado; las veces que lo he intentado he sentido una gran represión, una especie de náusea Sartriana. Hoy, es decir, ahora estoy comprobando la exagerada longitud con la que pasan las horas en clase. Hay diecisiete chaquetas en los asientos. treinta y cinco con ropa, implícitamente puesta; ninguno sin. Una pelirroja sentada a mi lado que de vez en cuando cotillea lo que escribo. veinticuatro peinados morenos peinados morenos contra seis peinados rubios, a parte del de la profesora. Otros dos que no podría distinguir entre el moreno, rubio o castaño.

Porque el género humano siempre intenta clasificar todo cuanto podemos y, ¿Qué hay más difícil que clasificar una vida? Sus actos, sus gestos, sus miradas, sus quiero y, aunque me gustaría, no puedo. Nada es lícitamente objetivo, absolutamente nada. ¿Cómo te atreves a clasificar el mundo? Ah! Por eso de que no somos más que una cadena de montaje con falta de existencias en cerebros. Cómo si fuésemos un supermercado barato que ahorra cambiando la fecha de caducidad en las etiquetas. Es que al oírte hablar de peroxisomas, creyéndote más listo que los demás me entran arcadas, quizá es que mi diafragma se contrae al oírte y me dan ganas de que mi ácido clorhídrico al fin te haga callar (sí, me he dado cuenta del limite extremista asqueroso al que la frase ha llegado al leerla por segunda vez).

Quizá algún día te mates por creerte "cool" volando con tu motocicleta a diez metros por segundo; qué barbaridad, tu solo a diez metros por segundo (36 km/h para los de letras), ya te estas haciendo mayor. Y pobre del que se atreva a mirarte a la cara que tu y tu grupo de amigos malotes irán a pegarte. Estúpidos cerdos drogados con medicamentos!

martes, 15 de febrero de 2011

¿Qué es lo que más quieres?

Hace un rato, hablando con mi mejor amigo me pregunto: ¿Cual es tu objetivo? ¿Qué es lo que mas quieres? No supe qué responder. Cuál es mi objetivo, qué espero de esta vida. ¿Qué se yo? Siempre he tenido más pájaros en la cabeza que peces hay en el mar. Mil veces me he preguntado que quiero ser! ¿Y algún ápice del más mínimo resultado? No, gracias. Como ya he comentado, desvaríos generales suelen ser mi deporte olímpico

Cuando era pequeño no sé de qué manera pero oí hablar de un país llamado Colombia, no me hagáis mucho caso pero creo que por aquel entonces estaba en guerra. A mi temprana edad de cuatro años decidí que me iría algún día de viaje allí. Espero cumplir mi auto-promesa. Más tarde, cuando empecé con el dibujo después del colegio, des de los ocho años hasta los once años, quise ser pintor. Más tarde, empezando la ESO, y sin hacer dibujo, quise ser profesor, una de las ideas más estúpidas que creo que jamás he tenido, más que nada por el profundo miedo escénico que sufro; me pongo nervioso hasta cuando me toca leer sentado en mi silla durante la clase o cuando me toca corregir un ejercicio.

Al poco tiempo, y tras ver que lo de profesor era imposible me interesé por el latín y el griego. Aprendí lo básico del alfabeto griego, los sonidos, la pronunciación... más tarde descubrí que las lenguas no eran lo mío. Tras este periodo, más o menos a partir de tercero de la ESO no supe qué hacer hasta que a finales de cuarto empecé en la academia de pintura. Y eso cuando tuve que decidir qué bachillerato escoger, el de ciencias o el de artes. Guiado por mi corazón, hubiese escogido artes, pero la vida no es ni remotamente idílica y escogí las ciencias. Y aquí estoy, intentando sacar notas para entrar en medicina y poder ser psiquiatra, que si que es cierto que la mente humana me apasiona. Constantemente me entran las dudas sobre si hice bien, más aún tras llevarme el chasco de bachillerato y mis no-propio-esperadas notas.

¿Y si no llego a las notas necesarias para medicina? Varias; no soy demasiado exacto, muchísimas veces me lo he planteado. Entonces es cuando mi corazón, en un ataque de locura y excitación contenida, me pide hacer filosofía, comprarme un piso bohemio en un ático, e intentar vivir de la pintura y de la escritura viendo como las agujas del reloj dan vueltas y más vueltas. Motivo por el cual me lleva a la conclusión de...




¿...y si me estoy saboteando a mi mismo?

Fuera del mundo.

Yo, ¿Qué soy yo? Todos nos lo hemos preguntado alguna vez. Yo soy yo y mis circunstancias, dijo alguno. Yo soy lo que ves, dijo otro. Yo soy lo que como, dijo un anuncio de televisión. Yo, no creo que se le deba dar demasiada importancia a lo que hacemos. Al fin y al cabo todos acabaremos siendo pasto de los buitres.

¿Y porqué fuera del mundo? Fuera del mundo fue el primer poema que me aprendí de memoria. "Algún día -¿tal vez penosamente?- Me dormiré, tranquilo, sosegado. No me despertaré por la mañana. Ni por la tarde. ¿Nunca?" Actualmente, no hay nada que desearía más que irme de este mundo, huir; lo más lejos posible, no mirar atrás hasta que el reloj hubiese dado mil vueltas a la aguja de los problemas y hubiese encontrado las soluciones. Me gustaría conocer cual es el olor lejos de este pútrido agujero infernal, rodeado por buenos modales, rutinas, conversaciones monótonas, calles demasiado transitadas por gente que jamas volveré a ver en el mundo del consciente, no en el de mis sueños. ¿Qué me deparará el futuro? Parezco un jugador de volleyball con ambas muñecas rotas.

¿Y qué hacer si tu profesora de lengua castellana acaba teniendo razón y todos descubriremos algún día que, sin darnos apenas cuenta, la mayoría de nuestros sueños acaban por no  cumplirse? Quizá es que el displacer freudiano, al fin y al cabo, es cierto. Quizá es que lo único que nos hace estar vivos es el dolor. Sin dolor no conoceríamos el placer; y, ¿no es eso lo que todos deseamos? Placer.

Cambios..

Tenia pensado continuar con el tiempo. He vuelto a ver momo. Ese dulce olor a infancia. He entendido muchísimas cosas que nunca entendí de esa película. Hoy no he perdido ni un solo minuto de mi día, estoy agotado. No veo la hora de tumbarme y ver como gira el reloj. Aunque debo admitir que me encantaría poder parar el tiempo.


"pulsar para parar el tiempo"

Qué fácil si funcionase. Aunque hay que aceptar que el tiempo debe seguir su curso. Que para llegar a aquel precioso instante de nuestro gozo, debe morir el precioso instante del gozo ajeno. Mientras nos estamos dando un beso, otro quizá esté a punto de hacerlo. Qué putada parar el tiempo, aunque eternizaríamos ese aliento anterior. Ese escalofrío que te recorre el cuerpo mezclado con la fuerza con la que te bombea la sangre el corazón. Arrebatar y otorgar. Aún así, vive y deja morir.

La vida te enseña a que todas las palabras son connotativas.

Para los nocturnos

Buenas noches, estoy en euforia post-creación del blog y me apetece aprovecharla. Son las 23.26 del catorce de febrero, en realidad casi estamos a quince. Tras 13 minutos no he conseguido nada decente que escribir.

Así que voy a improvisar algo: Erase una vez, en un lugar muy lejano, en un tiempo y espacio no demasiado definidos. Vagamente reconocibles por algo que no es demasiado importante para la historia, nació una princesa cuyo nombre prefiero no mencionar. Aunque del pecado si que podemos hablar. Una noche, a una edad no demasiado pronta para divagaciones ni demasiado lejana para demencias decidió, como hacen la mayoría de princesas de los cuentos, enamorarse. Pero ella era una mujer, no demasiado, con principios, tampoco muy definidos; pero si algo tenia claro, en realidad lo intentaba, era que no era suficientemente incauta para enamorarse de un simple campesino, como era tradición. Ella aspiraba a alguien de su categoría, ella estaba predestinada a hacer algo grande, enamorar a un príncipe. Quizá deba decir que sus padres eran plebeyos.

Tras escribir esto en veinte minutos, debo decir que honestamente, soy muy lento. A parte, me sorprende el rumbo que ha tomado la historia. ¿Por qué? Quizá es que todos aspiramos a ser algo grande, a superarnos a nosotros mismos y nuestras metas. El, nada es imposible. Lo único que se necesita es tiempo y eso es justamente lo que a mi me falta y me sobra a la vez, cuanto más tiempo tengo, más pierdo. Como aquella película, una de mis favoritas de cuando era pequeño. Momo, narra la historia de una niña, que vive en una sociedad en la que la gente tiene temor a perder el tiempo, robado por los hombres grises y su intento de huir. De poder perder el tiempo, que al fin y al cabo, eso es lo importante. Volver la vista atrás y descubrir que has dedicado la mitad de tu día a ti, y no sentirte mal por ello, no hacer trescientas actividades extra escolares para sentir que haces algo útil: música, teatro, baile, fútbol, baloncesto. ¿Donde quedó aquella actividad tan saludable? Sí, hablo de pensar. Pensar es aquello que los torpes creen que poseen y los genios aspiran a hacerlo. Pensar es aquello que en ocasiones creo que consigo, y posteriormente divago en textos sin sentido, redundando aquello que ya he dicho, una, otra y otra vez. En fin, creo que mi capacidad de perder el tiempo es asombrosa. Son las 00.26 minutos del quince de febrero.

Para los nocturnos. Por favor perded el tiempo. Dormir, al fin y al cabo, no es demasiado importante, nadie ha muerto por no dormir, al menos que haya sobrevivido para contarlo.

lunes, 14 de febrero de 2011

Y cuentan las neveras...

Aquí está uno de los relatos a los que más cariño le tengo; disfruten de la lectura.

Tic. Tac. El reloj ha decidido vivir su vida. Tic. Tac. Y ha decidido cambiar su precisión. Tic. Muy impreciso. Tac. Demasiada imprecisión; marca la una, a las dos. Tic. En realidad.. ¿Qué son las dos? Tac. Un simple Tic-Tac más, o menos. Tic. A veces repite “Tic”. Tic. Otras, “Tac”. Tic. Y me vuelve loco. Tac. Verdaderamente loco. Tac. Impasible ante mis amenazas. Tic. Desafiante. Tac. Bufón. Tac. Las dos son la suma de dos unas. Tic. Una, es más que nada. Tac. Aunque menos que algo. Tac. Si tuviese que quedarme con alguno, me quedaría con “Tic”. Tic. El “Tac” es demasiado estridente. Tic. Cómo puede una persona cuerda discutir entre el Tic-Tac del reloj. Tac. Quizá sea eso, habría que inventar relojes cuerdos. Tic. Podrían pasar dos cosas. Tac. Que el reloj perdiese su cordura. Tic. O que la cordura perdiese al reloj. Tic. Aunque inevitablemente, las consecuencias de las dos serían las mismas. Tac. Una, o dos consecuencias. Tac. Quizá tres. Tic. Nunca cuatro. Tac. Cuatro es un numero mágico. Tic. Un reloj cuerdo que perdiese su cordura, nunca podría llegar a cuatro consecuencias. Tic. Cuatro patas tienen los animales. Tac. Los atrevidos, dos; aunque una o dos especies pueden dormir con una sola. Tic. También hay animales sin ninguna. Tic. A estos, los llamaremos masoquistas. Tac. Un reloj también puede ser masoquista. Tac. Increíblemente masoquista. Tac. Cuentan las neveras, la historia de un reloj. Tic. Que a base de decir “Tic” tantas veces. Tic. Su cordura alcanzó un nivel catársico, tan absolutamente incoherente. Tac. Que paso a llamarse reloj biológico. Tac. Y se cuenta. Tic. Que algunas mentes débiles. Tac. O una, o dos, orejas bien agudizadas por la no-cordura. Tic. Aún lo oyen. Tic. Y su Tic-Tac. Tic. Tiende. Tac. A desvelar. Tic. A más de uno. Tic. O una. Tac. Incluso a dos, o su dos sexualmente opuesto. Tac. Algunas noches. Tac. Cuyas horas muertas. Tac. Se vuelven absolutamente insufribles. Tic. Tic. Tic.

PD: La inspiración es algo raro verdad, algo inmensurable. La misma palabra no tiene significado, inspiración. No tengo ni idea de como la debe definir el diccionario, ni cuando fue la primera vez que la oí, ni la vez la cual aprendí su significado. No es una palabra que defina nada en absoluto sino un conjunto de ideas. La puedes aplicar a cualquier cosa. A un momento de lucidez, a un día en el que tus acciones han resultado, en su módulo, favorables. A una vida dedicada a lo que amas o a lo que se te da bien. En definitiva, quizá todos aspiramos a eso. A ser una fuente de inspiración.

Para recordar, quizá lo que alguna vez ocurrió.

Como el titulo dice, escribo esto para recordar lo que quizá ocurrió alguna vez. O simplemente un sueño que jamás ocurrirá. ¿Y qué pienso escribir? Ni yo mismo lo sé, solo sé que me apetece escribir.

Algunos días, con más inspiración quizá me anime a escribiros algún cuento o relato corto, otros publicaré los que ya tengo escritos y más orgulloso me siento de ellos. Algunos días quizá me apetezca comentar música y compartir mis gustos. Otros comentar películas, a las cuales soy completamente adicto. Para no asustaros con lo de comentar "música", debo decir que me creo con muy buen gusto musical siendo gran fan de Radiohead, R.E.M, Pink Floid, The Dresden Dolls entre varios.

¿Que decir sobre mi? Soy aquél tipo de persona que le encanta pensar y perder el tiempo sin hacer nada. Soy especialista en ver pasar las horas. En mis momentos de más actividad hago yoga, y sorprendentemente y contra todo pronostico me estoy volviendo muy flexible. Como hobbie puedo decir que a parte de lo que ya os he dicho, pinto, hago dos horas de pintura a la semana en una academia y otras tantas en mi casa, retratando cualquier cosa que se me antoje.

Las expectativas, todos las tenemos y opino que no hay cosa peor, no por ello no me voy a hacer ilusiones con este blog, aunque su único objetivo sea ordenar mi cabeza.