jueves, 23 de agosto de 2012

Vida nueva, vida mejor.


"Unas cuantas veces en mi vida he experimentado momentos de una claridad meridiana, en los que durante unos breves segundos, el silencio ahoga el ruido y puedo sentir en lugar de pensar. Y todo parece muy definido, y el mundo claro y fresco, como si todo acabara de nacer. Es imposible hacer que esos momentos duren, yo me aferro a ellos. Pero se desvanecen, como todo. He vivido mi vida en esos momentos, ellos me transportan de vuelta al presente, y entonces me doy cuenta de que todo es como tiene que ser."

Colin Firth - Un hombre soltero

Atravesando uno de esos momentos. El silencio ahoga el ruido y todo es como debe ser. Con la perfección redundante que ello conlleva: silencio para poder pensar, silencio para poder sentir, silencio para poder dar mi opinión y decidir hacia qué camino seguir. Probablemente no será el camino más recto, deberé convertirme en una cabra loca y andar por caminos angostos. Aunque sigo convencido de que en ninguna de las posibilidades, de mundos extremamente remotos y universos desconocidos, podría ser mejor, ni para nadie, ni para mí.

sábado, 16 de junio de 2012

«Panem et circenses»


Y mientras los cerebros ya están vacíos por el desgaste del entretenimiento, los pocos que aún pensamos no sabemos en qué pensar. ¿Somos mejores o peores que ellos?

... Hace ya mucho tiempo, de cuando no vendíamos nuestro voto a ningún hombre, hemos abandonado nuestros deberes; la gente que alguna vez llevó a cabo comando militar, alta oficina civil, legiones - todo, ahora se limita a si misma y ansiosamente espera por sólo dos cosas: pan y circo.


jueves, 7 de junio de 2012

Doble nihilismo.

y me dio un ataque de vida e intenté solucionarlo por todos los medios que fueron posibles.

miércoles, 6 de junio de 2012

Pecados de la autoestima.

Me voy a aprovechar de la miseria de la soledad y la voy a satisfacer con irascibilidad. Me voy a tirar a la piscina de la autoindulgencia. Me voy a dormir en los laureles azules de la esperanza, esperando cazar musarañas. A descubrir ese secreto que esconde la belleza. Voy a mirarte a los ojos e ignorar completamente tus defectos, casi tanto como criticaré tus virtudes. Me voy a poner un cartel de tarado en la frente. Te voy a poner un cartel de tarado en la frente. Me voy a partir para negociar mi otra mitad, y vendérsela al que pague más y con mejor retribución. Me voy a mirar en el espejo.


lunes, 4 de junio de 2012

Escondida detrás de la luna.

Hay veces en las que simplemente necesito es una nueva cara, una nueva cara con la que hablar, con la que divertirme, con la que compartir desgracias y reírnos de ellas, no lamentarnos. La tragedia es que las caras nuevas de este mundo siguen siendo estatuas frías de cera, necesitan calor.

jueves, 31 de mayo de 2012

Días


Hay días en los que dudo, dudo mucho sobre todo, dudo sobre mis amistades, sobre mis objetivos y mis intenciones, incluso dudo sobre lo que no sé, y ni siquiera sé sobre qué estoy dudando. Hoy es uno de esos días. Hoy es un día en el que, sin motivo aparente, no sé si estoy haciendo el ridículo. Y nadie me lo dice.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Y solo falta esperar.

¿Es que vuestros padres no os enseñaron a no temer a la soledad? No hay nada malo en estar solo un rato. Estáis envenenando todo cuanto creía del género humano, del hombre y de la mujer corrientes. No nacemos con una mensajería instantánea en la mano, es más, morimos cuando lo hacemos. Sois los nuevos drogadictos de esta generación que está perdiendo todo el respeto, los buenos modales, la dignidad y el ingenio. Aún más allá, estáis perdiendo el significado de los sentimientos que atribuíamos a la palabra amor, ya muy desdibujados. El hombre, en su afán por conservarlo todo, esta edulcorando hasta sus sentimientos, congelándolos para impedir que se pudran, cuando un destino peor ya tienen reservado. Llamo a la pasión, a las noches (o tardes) furtivas, a un beso que diga más que tres millones de años desayunando juntos. El teléfono está empezando a sonar.

lunes, 21 de mayo de 2012

Para un día de paraguas.


No sé porqué insistimos en levantarnos siempre si hay días en los que la lluvia cae mucho mas fuerte, en los que sería mejor no salir de la cama. No entiendo la motivación de este mundo. ¿Por qué? Una y otra vez: ¿Por qué? Hay veces que necesitamos volver a encontrar amigos olvidados, conversaciones a medias que quedaron en el tintero. Otras veces ya es tarde, sin contar aquellas que me da vergüenza. Y sigo, y sigo, y sigo esperando que deje de llover.

A ver si hay suerte!

jueves, 17 de mayo de 2012

Olvidame


Una mañana verás la lluvia
cayendo sobre tus pestañas,
                            - despuntándolas.
Arrastrando esa sonrisa traviesa,
desnudando de nuevo tu dulce cuerpo.
Como si nosotros nunca hubiéramos existido.
Tan solo cinco minutos más,
he visto a la Luna rogar al Sol.
Tan solo cinco minutos más...

miércoles, 16 de mayo de 2012

Espejo definitivo.


Desabrigado y vacío
olvido el calor de las sábanas.
En ellas encontré suspiros,
alivios del dolor que no conocía.
Ahora me duele hasta la pluma,
que en mi cojín habita.
Y los muelles, en mi espalda,
rompen a uno esas costillas
que Adán ya no regala.

martes, 24 de abril de 2012

Nubes blancas.


**La no-premiada nubes blancas.

Abrió sus ojos de color oscuro en medio de la soledad de aquella habitación. No la reconocía, nunca había estado allí. Entraba luz por una gran ventana, situada a su izquierda, y el viento ondeaba las cortinas blancas suavemente. Giró la cabeza con gran dificultad, le molestaba el sol de la mañana en la cara, aún debía ser muy temprano. Examinó la estancia, era cuadrada, enfrente una puerta blanca, sin pomo; a su derecha, una pequeña cómoda era lo único que adornaba la habitación, con un espejo deslucido colgado encima. En él podía ver su alma. Era un buen hombre, o lo había intentado ser, sin más pecado que su estrella, negra como el color de sus ojos, que le había hecho sufrir una vida verdaderamente difícil.
Tenía mucho sueño, y aunque puso todo su empeño en luchar contra él, le venció. En su cara se marcaba su experiencia, la experiencia de un hombre que había luchado contra muchos enemigos, y que pocas veces había salido victorioso. Despertó mucho tiempo después, otra mañana cálida, en la que el sol volvió a calentarle la cara. Entonces tenía mas fuerza, no sabía si aún soñaba, le pareció estar en una nube, blanda y húmeda, dulce y ligera; se levantó de la cama. Se sorprendió al ver un bastón al pie de la cama, de color marrón, fuerte. No lo necesitaba, estaba excitado, sentía la fuerza y la temeridad de un joven imberbe que aún no había salido de su cuna, se dirigió hacia la puerta y quiso salir, pero no encontró el pomo, estaba encerrado.
Se giró decepcionado hacia la ventana, y pensó en observar a través de ella mientras se lamentaba de su fallido intento de huida. Al girar la cabeza de nuevo, vio como la puerta estaba abierta y sin preocuparse por el cómo ni el porqué siguió avanzando a un ritmo lento. Salió de aquella habitación para acceder a un pasillo blanco: con blancas paredes, blancos techos y blancas puertas. Su ojos oscuros no alcanzaban a ver el final de aquel pasillo, y hacia esa infinidad se dirigió. Empezó contando cuantas puertas dejaba atrás, para luego poder volver, pero tras llegar a números mayores de veinte se descontó, y lo prefirió así. Camino largos minutos sin resultado alguno, sin más visión que aquel blanco mortecino que ya no impresionaba a sus ojos. Al no obtener resultado con la marcha, entró en una habitación, cuya puerta ya estaba abierta.
Se asomó con gran curiosidad, con la sonrisa de aquel niño pequeño que esconde un caramelo detrás de su espalda y con la seriedad de un ser mayor que no quiere molestar. No había nadie en la habitación, mas que una cama desecha, con un bastón marrón apoyado al pie, una cómoda con un espejo, también bastante sucio, y una ventana con cortinas blancas. Se acercó a la cama y puso la palma de su mano sobre las sábanas, estaban calientes, la persona que allí hubiese dormido le contaría cómo salir, sólo tenía que esperar.
Se entretuvo curioseando la habitación, se miró al espejo, en él se vio más mayor y más cansado que en su habitación, debía ser de peor calidad. Se le veía la cara cansada, con sus facciones aún más marcadas, más edad en su rostro y en sus rodillas. En realidad estaba cansado, decidió usar el bastón de la persona que allí debía vivir. Caminó con la ayuda del bastón hasta la cama, y se sentó en dirección a la ventana. Se estremeció, el sol que le golpeaba en la cara venía de la ventana, pero en ella no se veía nada, se levantó con esfuerzo y se descanso sobre el alféizar, tuvo miedo, en aquella ventana no veía nada más allá que su nariz, sólo el mismo blanco incandescente que le perseguía allí donde fuera. De la ventana sólo recibía aquel sol, que no se apagaba ni un segundo des de que había despertado, y una pequeña brisa, suficiente para remover las cortinas. Aquel hombre empezó a sentir pánico cuando pasaron horas y más horas y nadie aparecía, no sabía qué hacer, no tenía ningún tipo de información. Dando vueltas por la habitación, se encontró de caras con el espejo y en él no quiso ver cómo en sus ojos se encendía aquel ápice de locura que tienen los hombres desesperados.
En un último intento para escapar, empujó la cama contra la pared donde estaba la ventana y se subió encima, apoyando sus manos arrugadas en la ventana. El viento le refrescó los pulmones y le despeinó el pelo, sin bacilar, se dejo arrastrar por el blanco de la ventana hacia el vacío.
Se despertó entre sudores, aunque sin sobresaltos, se levantó tan rápido como pudo de la cama y corrió hacia el espejo. Tenía la cara intensamente cansada, exhausta, podía ver cómo circulaba la sangre por las venas de su cuello, hinchadas. Acercó la mano al bastón y con su ayuda se acercó a la cama. Supo que nunca más podría salir de allí.

sábado, 14 de abril de 2012

Espejo traslúcido.


Agostado entre cenizas
de cigarros no encendidos
y fuegos no pensados
que aún esperan ser vistos.
Necesidades imperiosas,
lujurias muy castas,
soberbias más humanas.
¡hasta envidia regalada!
La avaricia rompe el saco,
que cae en otro más grande,
y el que no quiera comer
¡que la gula le masturbe!
Más pereza no tendrá.

viernes, 13 de abril de 2012

Espejo deslucido.


Cuando pierdes todo aquello,
que creíste poseer,
más quizá así lo hiciste,
te das cuenta, cuanto puedes,
de que aquello que quisiste,
no era vencer.
Sigues, continúas,
en ello, una necesidad tardía,
quizá necesites olvidar,
que una vez, perdiste
la melena al vuelo,
olvidaste qué señuelo,
dejó en ti aquella mujer.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Pequeño ensayo para despertar.



En los últimos años hemos avanzado a pasos agigantados. Una evolución que se ha vuelto absolutamente degenerativa con el paso de este tiempo. Entonces se nacía para conseguir un objetivo, enriquecerse, sobrevivir, luchar por tus ideales. La generación actual es huérfana, no existe nada que hacer más allá de entretenerse lo suficiente para tener la sensación de haber vivido, y todo intento de imitación del pasado se diluye por la falta de autenticidad.
Cuando le pregunto a mi abuela qué es vivir, siempre me ha respondido que vivir era conseguir aquello que te propones, con esfuerzo; unos valores que esta des-evolución ha rehuido hasta el punto que en la actualidad la mayoría de los jóvenes no son capaces de encontrar más vida que los vicios nocturnos y el hedonismo despropositado, todo ello complementado con una perfecta imitación conjunta para reafirmar sus doctrinas y no sentirse unos payasos. Este estilo de vida impide pensar, ofusca la mente.
Nosotros no hemos montado el mundo; más bien, el mundo que nos hemos encontrado nos ha hecho cambiar nuestros instintos. Ha suprimido toda necesidad vital; la comida es un vicio, no una necesidad, igual que la bebida o el amor, simples productos edulcorados para hacernos sentir una adrenalina que hace mucho tiempo que se extinguió.
Si nos fijamos, todo aquello que nos adentra en el mundo espiritual o intelectual también es puro entretenimiento: la música, los libros, la televisión, las iglesias. No somos libres para decidir qué hacemos, somos libres para decidir en que gastar nuestro tiempo antes de que la siguiente generación nos reemplace, sin más objetivo que el que nosotros les dejamos como legado. Somos los hijos ilegítimos del destino.