Agostado entre cenizas
de cigarros no encendidos
y fuegos no pensados
que aún esperan ser vistos.
Necesidades imperiosas,
lujurias muy castas,
soberbias más humanas.
¡hasta envidia regalada!
La avaricia rompe el saco,
que cae en otro más grande,
y el que no quiera comer
¡que la gula le masturbe!
Más pereza no tendrá.
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